martes, 22 de noviembre de 2011

Somos profetas de un futuro que no es nuestro


De vez en cuando, nos ayuda dar un paso atrás y contemplar el vasto panorama.
El Reino no solamente está más allá de nuestros esfuerzos, sino que trasciende nuestra visión.
Cumplimos en nuestra vida solamente una ínfima fracción
de la magnífica empresa que es la obra de Dios.
Nada de lo que hacemos es completo, lo cual es otra forma de decir
que el Reino siempre nos trasciende.
Ninguna declaración expresa todo lo que puede ser dicho.
Ninguna oración expresa totalmente nuestra Fe.
Ninguna confesión deviene en perfección.
Ningún programa lleva a cabo la misión de Cristo.
Ninguna meta o serie de objetivos incluye la totalidad.
Eso es lo que proponemos.
Plantamos las semillas que algún día brotarán.
Regamos las semillas que ya han sido plantadas,
sabiendo que contienen una promesa futura.
Echamos los cimientos que necesitarán posterior desarrollo.
Proveemos la levadura que produce efectos más allá de nuestras aptitudes.
No podemos hacer todo,
y al darnos cuenta de ello nos sentimos liberados.
Eso nos permite hacer algo y hacerlo muy bien.
Será incompleto pero es un comienzo,
un paso a lo largo del camino,
y una oportunidad para que la gracia del Señor aparezca y haga el resto.
Quizá nunca veremos los resultados finales.
Pero ahí está la diferencia entre el maestro de obras y el albañil.
Somos albañiles, no maestros de obra, ministros, pero no Mesías.
Somos los profetas de un futuro que no es el nuestro.

Oscar Romero

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Con la gente que me gusta

Con la gente que me gusta
me dan las claras del alba
compartiendo madrugadas,
palabras, risas y lunas.
Con la gente que me gusta
no existe espacio ni tiempo;
sólo hablando de recuerdos
mil veces vi amanecer.

Con la gente que me gusta
paso las noches en vela
deberían ser eternas
como la lluvia y la sed.

Me gusta la gente
que cuando saluda
te aprieta la mano
con fuerza y sin dudas.

Me gusta la gente
que cuando te habla
te mira a los ojos,
te mira de frente,
te dice a la cara
aquello que siente
y nada se calla y no tiene dobleces;
me gusta la gente.

Con la gente que me gusta,
y alrededor de una mesa,
cualquier vino es un poema,
cualquier charla la locura.

Con la gente que me gusta
me encanta hablar de proyectos;
de esos que se lleva el viento
y que se olvidan después.

Con la gente que me gusta
la vida tiene sentido;
hay calor donde hubo frío,
cariño donde hubo hiel .





domingo, 6 de noviembre de 2011

Don Quijote

"La libertad Sancho, es uno de los más preciosos dones,

que a los hombres dieron los cielos.

Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra

ni el mar encubre"

Don Quijote de la Mancha, II Cap 58