jueves, 8 de marzo de 2012

MUJERES

"Una mujer sana se parece mucho a una loba: robusta, colmada, tan poderosa
como la fuerza vital, dadora de vida, conciente de su propio territorio, ingeniosa,
leal, en constante movimiento. En cambio, la separación de la naturaleza
salvaje provoca que la personalidad de una mujer adelgace, se debilite y adquiera
un carácter espectral y fantasmagórico. no estamos hechas para ser unas criaturas
enclenques de cabello frágil, incapaces de pegar un salto, de perseguir, dar a
luz y crear una vida. Cuando las vidas de las mujeres se quedan estancadas o se
llenan de aburrimiento, es hora de que emerja la mujer salvaje; es hora de que la
función creadora de la psique inunde el delta.
¿Cómo influye la Mujer Salvaje en las mujeres? Teniéndola a ella por aliada,
jefa, modelo —y maestra, vemos no a través de dos ojos sino a través de los
ojos de la intuición, que tiene muchos. Cuando afirmamos nuestra intuición somos
como la noche estrellada: contemplamos el mundo a través de miles de ojos.
La naturaleza salvaje acarrea consigo los fardos de la curación; lleva todo lo
que una mujer necesita para ser y saber. Lleva la medicina para todas las cosas.
Lleva relatos y sueños, palabras, cantos, signos y símbolos. Es al mismo tiempo
el vehículo y el destino.
Unirse a la naturaleza instintiva no significa deshacerse, cambiarlo todo de
derecha a izquierda, del blanco al negro, trasladarse del este al oeste, comportarse
como una loca o sin control. No significa perder las relaciones propias de una
vida en sociedad o convertirse en un ser menos humano. Significa justo lo contrario,
ya que la naturaleza salvaje posee una enorme integridad."


Clarisa Pinkola Estés, Mujeres que corren con lobos