"El descubrimiento de la propia vocación es al mismo tiempo el descubrimiento del milagro de la vida, de los anhelos de comunión que nos humanizan, de la Presencia invisible y palpable de Dios y la única posibilidad de acceder a lo que cada uno singularmente es. Sólo necesitamos despertar un ardiente asombro para hacerlo nuestro."
Ana María Díaz, El reclamo de los sueños.
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