“Que el día que el peso se abata sobre tus hombros y tropieces,
baile el barro para equilibrarte.
Y cuando tus ojos se hielen detrás de la ventana gris
y de ti se apodere el espectro de lo perdido,
que una legión de colores, índigo, rojo, verde
y azul heráldico
despierte en ti un vergel deleitoso.
Cuando se gaste la lona de la barca del pensamiento
y una mancha de océano se forme debajo de ti,
surque las aguas un largo sendero de luna por donde volver sano y salvo.
Sea tuyo el alimento de la tierra,
sea tuya la claridad de la luz,
sea tuyo el fluir del océano,
sea tuya la protección de los antepasados.
Y así, que un lento viento te envuelva en estas palabras de amor,
un manto invisible para velar por tu vida.”
baile el barro para equilibrarte.
Y cuando tus ojos se hielen detrás de la ventana gris
y de ti se apodere el espectro de lo perdido,
que una legión de colores, índigo, rojo, verde
y azul heráldico
despierte en ti un vergel deleitoso.
Cuando se gaste la lona de la barca del pensamiento
y una mancha de océano se forme debajo de ti,
surque las aguas un largo sendero de luna por donde volver sano y salvo.
Sea tuyo el alimento de la tierra,
sea tuya la claridad de la luz,
sea tuyo el fluir del océano,
sea tuya la protección de los antepasados.
Y así, que un lento viento te envuelva en estas palabras de amor,
un manto invisible para velar por tu vida.”
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