miércoles, 24 de febrero de 2010
Abiertos al amor
Por Ma. Teresa Lemus Vanek
Existen momentos en los que nos gustaría mucho ayudar a quienes amamos mas no podemos hacer nada:
o las circunstancias no permiten que nos aproximemos, o la persona permanece cerrada ante cualquier gesto de solidaridad y apoyo.
Entonces sólo nos resta el amor. En los momentos en que todo es inútil, aún podemos amar - sin esperar recompensas, ni cambios ni agradecimientos.
Si conseguimos actuar de esta manera, la energía del amor empieza a transformar el universo que nos rodea.
Cuando esta energía aparece, siempre consigue realizar su trabajo.
"El tiempo no transforma al hombre. El poder de la voluntad no transforma al hombre. Lo transforma el amor", Dice Henry Drummond.
El amor transforma, el amor cura. Pero a veces el amor construye trampas mortales, y termina destruyendo a la persona que decidió entregarse por completo. ¿Qué sentimiento complejo es éste que - en el fondo - es la única razón para continuar vivos, luchando, procurando mejorar?
Sería una irresponsabilidad intentar definirlo; porque, como todo el resto de los seres humanos, yo solamente consigo sentirlo. Se escriben miles de libros, se estrenan obras teatrales, se producen películas, se crean poesías, se tallan esculturas en madera o mármol, pero, a pesar de ello, todo lo que el artista puede transmitir es la idea de un sentimiento, pero no el sentimiento en sí mismo.
No obstante, aprendí que este sentimiento está presente en las pequeñas cosas y se manifiesta en la más insignificante de las actitudes que tomamos; por lo tanto, es necesario tener el amor siempre en mente cuando actuamos o dejamos de actuar.
Tomar el teléfono y decir la palabra de cariño que postergamos. Abrir la puerta y dejar entrar a quien necesita nuestra ayuda. Aceptar un empleo. Abandonar un empleo.
Tomar la decisión que estábamos dejando para después. Pedir perdón por un error que cometimos y que no nos deja en paz. Exigir un derecho que tenemos.
Abrir una cuenta en el florista, que es más importante que la del joyero. Poner la música bien alta cuando la persona amada esté lejos, pero bajar su volumen cuando se halla cerca.
Saber decir "sí" y "no", porque el amor lidia con todas las energías del hombre.
Descubrir un deporte que pueda ser practicado por ambos. No seguir ninguna receta, ni siquiera las contenidas en este párrafo; porque el amor requiere creatividad.
Y cuando nada de eso sea posible, cuando lo que resta es apenas soledad, entonces acordarse de una historia que un lector me envió una vez:
"Una Rosa soñaba día y noche con la compañía de las abejas, pero ninguna venía a posarse en sus pétalos.
La flor, sin embargo, continuaba soñando. Durante sus largas noches imaginaba un cielo donde volaban muchas abejas que venían a besarla cariñosamente. Así conseguía resistir hasta el día siguiente, cuando volvía a abrirse con la luz del sol.
Cierta noche, conociendo la soledad de la rosa, la luna preguntó:
- ¿Tú no estás cansada de esperar?
- Quizás. Pero tengo que seguir luchando.
-¿Por qué?
- Porque si no me abro, me marchitaré."
En los momentos en que la soledad parece destruir toda la belleza, la única manera de resistir es continuar abiertos
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Bellísimo Estela!
ResponderEliminarUn beso grande
Virginia
¡Gracias Virginia! Lo tomé prestado de un artículo que leí y me gustó y quise compartirlo. Me alegro que te guste
ResponderEliminarEs hermoso ,pero tambien es triste...o por lo menos es lo q me produce a mi ...un abrazo a la distancia.
ResponderEliminarHay momentos en que nosotras sabemos en nuestro interior que parece que todo esta perdido, queda soledad unicamente! Pero es el amor y la creatividad que yace en él lo que nos da esperanzas, que nos da vida.
ResponderEliminarEs esta energía que nos motiva y nos hace encontrarnos nuevamente en la vida para ser vivida!!! Un abrazo Estela y garcias!
Debes amar la arcilla que va en tus manos
ResponderEliminardebes amar su arena hasta la locura
y si no, no la emprendas que será en vano
sólo el amor alumbra lo que perdura
sólo el amor convierte en milagro el barro
sólo el amor alumbra lo que perdura
sólo el amor convierte en milagro el barro.
Debes amar el tiempo de los intentos
debes amar la hora que nunca brilla
y si no, no pretendas tocar lo cierto
sólo el amor engendra la maravilla
sólo el amor consigue encender lo muerto
sólo el amor engendra la maravilla
sólo el amor consigue encender lo muerto.
Debes amar la arcilla que va en tus manos
debes amar tu arena hasta la locura
y si no, no la emprendas que será en vano
sólo el amor alumbra lo que perdura
sólo el amor convierte en milagro el barro
sólo el amor alumbra lo que perdura
sólo el amor convierte en milagro el barro.
(un pequeño aporte del gran Silvio)
Debes amar el tiempo de los intentos
debes amar la hora que nunca brilla
y si no, no pretendas tocar lo cierto
sólo el amor engendra la maravilla
sólo el amor consigue encender lo muerto
sólo el amor engendra la maravilla
sólo el amor consigue encender lo muerto.